La orientación emprendedora se refiere al proceso mediante el cual las empresas actúan de forma emprendedora, explorando y explotando oportunidades. Tradicionalmente, se ha entendido que la EO se manifiesta a través de cinco dimensiones clave (Lumpkin y Dees, 1996):
Todas las empresas, incluidas las familiares, deben involucrarse en actividades emprendedoras para seguir siendo competitivas y sostenerse en el largo plazo. Esto es especialmente importante para las empresas familiares que desean transmitir el negocio a futuras generaciones (Cruz y Nordqvist, 2012; Hernandez-Linares y Lopez-Fernandez, 2018).
La orientación emprendedora es contextual: depende de factores internos y externos que rodean a la organización (Wales, 2016). Debido a la heterogeneidad de las empresas familiares, no se han encontrado resultados concluyentes sobre cómo se relacionan EO y empresa familiar (Arz, 2019).
La EO puede verse promovida o debilitada según:
Por ejemplo:
Un estudio reciente muestra que las empresas familiares exhiben un nivel medio de EO (3.1 sobre 5). De las cinco dimensiones:
Otros estudios han encontrado que las empresas familiares son, en general, menos orientadas al emprendimiento que las no familiares (Pimentel et al., 2017), especialmente cuando la toma de decisiones se concentra en el CEO en lugar de ser participativa (De Massis et al., 2021). No obstante, las empresas familiares que tienen un equipo directivo con una configuración participativa no muestran diferencias significativas con las no familiares en cuanto a explotación de oportunidades (De Massis et al., 2021).
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